domingo, 6 de abril de 2014

¿Qué es lo que nos hace personas exitosas?

Tal vez la respuesta sea: Las desesperadas ganas de no morir del aburrimiento.

Para mí, no es una opción de vida por ejemplo quedarme todo el tiempo en el mismo sitio. En el sentido amplio de la palabra y en el sentido más estricto. A saber, no puedo permanecer quieta en una silla más de 20, 30 minutos (en sentido estricto). Como dicen en mi tierra, no caliento asiento en ninguna parte. Pero en sentido amplio tampoco. No hay que ser Bill Gates para darse cuenta de que siempre estoy mudándome o buscando algún lugar nuevo en el mundo. Como que se me acaba el tiempo, ¿vieron? Se me acaba y no puedo parar de correr para llegar a ver todo antes del final. Ya se, ya se, me dirán que sufro de un trastorno de ansiedad. Les juro que si es el caso, amo mi ansiedad. Me llena la vida de nuevas metas y caminos.

Volviendo al tema mudanzas: La paradoja es que me siento muy bien en mi casa. Mi casa reboza energía positiva. Le cambiaría 2 o 3 cositas pero nada sustancial. Aún así, pregúntenle a la pobre María José Ferber, mi realtor de confianza, desde cuándo la estoy llamando para ver si encontró mi casa "ideal". Desde 2005. Estamos en 2014.

En 2005 llegué a Uruguay tras varios años en el exterior (donde trabajaba como modelo para la agencia Elite Model Management). Al principio (hasta mediados de 2005), viví en una casa embrujada con mi marido y mi hijo Valentino en la panza. Sí. EMBRUJADA. En esa casa pasaban cosas horribles, lo cual fue confirmado por mi amiga Petra quien de pura casualidad también la había alquilado alguna vez y sabía exactamente de lo que estaba hablando yo. 

La maldita casa me terminó de echar (sí, juro que aquéllo tenía vida propia) cuando Valentino estaba en su quinto mes de gestación. Nos entraron ladrones y destrozaron todo. (Dato curioso: cuando un ladrón rompe, orina, defeca o deja otro tipo de souvenir  en el lugar del delito, el derecho positivo nacional lo llama "el reo actuó por móviles de ignominia". Siempre me encantó esa expresión. "Móviles de ignominia". Estaría para preguntarle al chorro cuando lo atrapan: "Señor, dígame qué lo llevó a usted a actuar movilizado por la ignominia". El tipo sale y lo primero que hace es ir al barrio a preguntarle al narco de la zona si, además de pasta base, no le vende un paquetito de ignominia).

Nuestro segundo domicilio fue un apartamento muy top. Tan top que huimos despavoridos al llegar el segundo bebé (también varón) porque confinarlos en aquella torre provocó que los chiquitos temieran pisar el césped descalzos (lo comprobamos un día en una casa con jardín). En serio. El mayor no podía caminar sin medias ni zapatos sobre el pasto. Ese día me di cuenta de que el piso flotante ya no era para nosotros. 

Por lo tanto terminamos en una casa CON pasto. Al pobre gurí lo mandé obligado -el primer día- al jardín del fondo y... ¿no se nos sienta JUSTO encima de un hormiguero? Es decir, queriendo sacarle el famoso síndrome del "niño de apartamento" casi lo internan de la alergia a las picaduras de hormigas.

Y si bien en la nueva casa pensamos haber encontrado todo lo que nos hacía falta, con el tiempo le hemos sido infieles ...al menos de pensamiento. Hemos ido a ver varias otras posibles casas pero nada. No hay casa que, a la larga o a la corta, nos sirva como ésta. 

Lo cual me lleva inexorablemente a plantearme la siguiente pregunta: ¿De qué estás tan aburrida, Katja Thomsen? De tu casa no es. O sea. La casa ha resistido ya la prueba del tiempo. Con creces. Nos han pasado cosas lindas y cosas malas viviendo aquí. Y aún así la amamos. 

Yo lo que quiero en la vida no es en definitiva, vivir como un nómade. O como beduina del desierto, errando de un lado hacia el otro. Sí tengo una permanente intriga por descubrir nuevos desafíos a nivel laboral. Una incesante necesidad de llenar el vacío que dejó mi querida París desde que la abandonamos en diciembre de 2004. 

Lo cual no necesariamente es algo malo... Todo lo contrario. El hecho de que en Uruguay la industria de la moda no se asemeje -en lo más mínimo- a la industria de la moda francesa, me ha hecho incursionar de manera muy creativa en los más variados campos laborales.

Así, desde mi llegada he sido/ me he dedicado a lo siguiente:

-Modelo (forever and ever)
-Madre (ídem)
-Esposa (hasta que Scavuzzo se termine de hartar de mí)
-Estudiante de abogacía
-Abogada (¿qué pensaron? ¿Que me iba a matar estudiando para nada?)
-Profesora particular de derecho procesal y civil
-Asistente de cátedra de Derecho Procesal para el Dr. Simón
-Coach de modelaje 
-Vendedora (vendí ropa italiana, lo cual me fascinó por completo. FYI: las mujeres sí somos jorobadas, hombres, tienen razón. No hay cosa más obscura y ambivalente que la mente de una señora)
-Conductora de televisión
-Comunicadora en televisión también
-Blogger
-Escritora (por ahora solamente de MI VIDA COMO MODELO que ya sale a la venta, lo prometo)
-Pintora

Me va a ir bien!
(Yo en 1984 aprox)
No. No se puede decir que mi vida sea aburrida ahora que lo pienso mejor. Buscar permanentemente algo divertido para hacer me ha enriquecido muchísimo como ser humano y, sin quererlo, me ha convertido en una persona sumamente exitosa si me comparo con la persona que yo soñaba ser de niña.

¿Y cómo, sino, podemos saber que nos "fue bien", si no es comparándonos a nosotros mismos con quienes soñábamos ser de chicos?

Sí, puedo decir que soy exitosa. ¿Y qué es lo que me hace exitosa? Probablemente, mis ganas de vivir, mi manera de no parar ni un segundo porque me faltó hacer tal otra cosa, las ganas de disfrutar de esto que tengo ahora y todo lo demás que aún me espera por ahí y que YO SOLITA tengo el deber de descubrir.

ESO es lo que me hace feliz, no solamente "exitosa". Mi niña interior estaría orgullosa -con O mayúscula- si me viera hoy. Eso sí, por algo no vemos el futuro... ¿Qué ganas de no aburrirnos nos quedarían entonces?


¿Qué te hace ser una persona exitosa a ti? Contámelo en 

www.facebook.com/katjathomsenfanpage

No hay comentarios:

Publicar un comentario