miércoles, 12 de octubre de 2016

DÍA 3 - Por KATJA THOMSEN

DÍA 3

Conforme pasan los años, mejora la tecnología y eso se ve claramente en la clínica de mi doctora y endocrinóloga, Margarita Ramírez... quien lejos de contar con su balanza de la época de mi dieta post Francesco (quiebro una lanza por ella, ya en aquel entonces tenía de las primeras balanzas a pila que llegaron al país), midió porcentajes de agua, grasa, minerales, etc. en mi cuerpo. 

Con decirles que ahora se exactamente cuánto pesa mi esqueleto. Creepy. Pero necesario. Necesario si se quiere ir un paso más allá y complementar una dieta de desintoxicación como lo es el CLEAN 9 de FOREVER LIVING PRODUCTS que hice sola y por mi cuenta, con un cuidadoso ojo clínico, de una ejemplar profesional que me guía en qué ejercicios hacer en el gimnasio, cuanto más aloe tomar por día o qué comidas agregar a mi rutina heladerística

Chicas y chicos. Admítanlo. Les sobran los flotadores porque hay ALGO que están metiendo en sus carritos que simplemente NO DEBERÍAN. Desde alfajores hasta salamín de ese finito envasado al vacío. Me refiero a cualquier cosa culposa o mejor dicho... CULPABLE. Yo suelo ir al supermercado y comprar más o menos lo mismo... SIEMPRE. Hay cosas que compro con la excusa de que son "para los chicos" (gracias, chicos). Y no, no son para ellos. De hecho, hasta me llego a enojar conmigo misma si ESE ítem es descubierto y devorado por las multitudes. Hasta que entro en razón y pienso KATJA, MIJA, SOS LA MADRE, SE SUPONE QUE TENES QUE DARLES TODO PRIMERO A ELLOS, MADURÁ!

Está bueno que un tercero te vigile y apoye para justamente, dejar los malos hábitos y a su vez, no permitirte caer en excesos o sea, -no aplica a mí, definitivamente no aplica a mí lo que voy a decir- si sos de esas personas que no saben frenar la dieta es muy bueno estar siempre en manos de alguien serio, un buen profesional de la salud.

Mientras tanto, he vuelto a bajar 3 kilos en 3 días gracias al C9 y ya me siento mejor otra vez. Espero que en estos meses hasta fin de año y, particularmente la boda de mi hermano, mis esfuerzos me permitan entrar en el vestido (nadie pide bailar libremente) que me compré en un viaje, especialmente para la referida ocasión. Obviamente lo compré sabiendo que bajaría estos últimos 10 kg que me quedan para volver a ser la misma de siempre. Obviamente.







lunes, 10 de octubre de 2016

DIA 1 - EL CLICK - Por Katja Thomsen

DÍA 1.

EL CLICK.

Este año fue un año muy parecido a 2008 para mí. Por aquél entonces, mi segundo hijo tenía 1 año y el primero, 3.
Ahora mismo también tengo una hija de 1 año y otra de 3.
Estoy en las mismas. 

SAAAAAAAAAAALVO... porque SON CUATRO!!!!!!!!! Gente, en total... SON 4!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Me suelo sentir "tapando ollas", es decir, resolviendo los mil y un problemas y situaciones complicadas de toda la familia. Y para cuando logré tapar la primera olla, ya se me destaparon otras 2. 
Léase: 
-MAMAAAAAAAÁ, CATALINA SE HIZO CAAACAAAAAA
-Vooooy!
(Y voy). (Dejo de hacer lo que estaba haciendo, y voy. Armada de paciencia y esperanza. Esperanza, porque anhelo que algún día, cercano en lo posible, mis mañanas sean llenadas de algo más que de popó ajeno).
A todo esto, la beba está chocha porque ya sabe lo que hizo (señal de que, en teoría, ya está lista para dejar los pañales pero quién tiene tiempo en época de clases para eso con la cuarta...) y me mira feliz:
-CACA PISÍ.
-Uuuuy qué bieeeen, Cata hizo caca y pichí!!!!!
(Emotícono: CARA DE ASCO). (Para mis adentros, obvio).
Le saco el pañal y me doy cuenta de que no se lo puedo retirar por completo hasta no haber separado 5 o 6 toallitas húmedas... porrrr lo menos. (El que inventó el mecanismo de separación entre cada toallita húmeda SEGURO es hombre y SEGURO nunca tuvo las manos en la masa. Además, si inventó la toalla húmeda, lo más probable es que tenga 3 niñeras full time per capita).
Abro el cajón y no están. Las malditas toallitas húmedas no están. Cual atleta olímpica me las ingenio para estirar mi esbelta figura sin soltar a la niña (que está tendida encima del cambiador a una altura peligrosa) y logro alcanzarlas con un pie. Vuelvo a centrar mi mirada en la pequeña, justo a tiempo para ver cómo saca el dedito todo marrón de adentro del pañal que no removí aún. 
-CATA CACAAAAAAAAAA! 
Exclama, orgullosa.
Sí, Cata caca. Mamá llorar. Pero Cata hacer caca. Y reconocer la caca. Grande Cata.

En el interín, a la hermana se le volcó el desayuno, el hermano intentó ayudarme y fue a limpiar la mesa ratona... con la esponja para lavar inodoros (angelito, cómo puedo enojarme) y el otro se enoja porque YO no me acordé de que él no encontró su pen drive y justo HOY tiene el oral con el mejor amigo, al que no PUEDE dejar pegado por MI culpa.

Por propia experiencia, SE con total certeza que esta fase de CAOS va a pasar y que ya sólo me faltan unos dos años hasta que la chiquita sea más "fácil" de sobrellevar. 
El problema surge cuando a esta etapa divina (no estoy siendo irónica, les juro que a veces me percato de lo DIVINA que es en verdad) se le suman 5 muertes en 1 año. Se nos fueron varios GRANDES en la familia... no por la edad sino por sus virtudes y cualidades. Entre ellos cuento a mi adorado perro maltés que enfermó del corazón y a mis 2 únicos abuelos.

Más precisamente, mi ADORADA y divina abuela se fue en julio. Chichí era un pilar fundamental en mi vida y tras su partida, engordé casi 5 kilos por pura tristeza y ansiedad. Justo yo, que TAN BIEN venía con el CLEAN 9 que acababa de hacer. Ya estaba en la recta final de la GRAN BAJADA post parto y PUUUMMMMM me pasa esto y vuelvo a la casilla de partida.

Justo cuando venía tan bien me pasé a sentir TAN TRISTE que noche tras noche me dedicaba a llenar el inmenso vacío con mi peor enemigo; el chocolate.

Tras un mes (y medio, dos) con una tableta de la vaca violeta -de las grandes- entera por noche en el haber (ahora al estómago le dicen haber) (a ver si me controlo un poco), resolví cortar con la depresión e intentar frenar los chocolates. Pero claro, el daño ya estaba hecho.

Ya más tranquila, he decidido poner punto final a esta CRISIS y me quiero empezar a cuidar... no por la apariencia, sino por salud. Vamos a ver qué pasa de acá a fin de año.