lunes, 4 de mayo de 2015

SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON BUENAS 4 de Mayo de 2015

Para la felicidad del adicto o la adicta a mi blog y mi columna sobre dietas (gracias, mamá) tengo una muy buena noticia. El embarazo nuevamente causó es-tragos (por suerte no me gusta el alcohol, sino ya empezábamos con los lapsus lingüis como en mi primera dieta, cuando toda palabra de la lengua castellana me inducía a pensar en alimentos y bebidas) y ya es tiempo de replantearme lo inevitable: la maldita dieta.

Si ALGO aprendieron mis queridas y queridos lector@s la vez pasada, es que nadie más que una misma es quien hace el famoso click y se comienza a tomar (no me refiero a beber, vamos mal) la dieta en serio. Como aún no he hecho ese click, puedo decirles con soberbia (y una panza bastante protuberante, que probablemente danzaría al compás de las chichis de Pamela Anderson si tuviéramos que correr una al lado de la otra como en el clip de Baywatch) que esta es la PREVIA de mi posible, bastante probable, futura (y eventual) dieta.

Madre de 4. 

Madre de CUATRO.

Si aún hay algún iluso ser allá afuera que piense que las modelos tienen bebés y en seguida vuelven al peso (y silueta) de antes, le puedo asegurar que no pasa eso tras el CUARTO hijo. He sido bendecida de la manera más extraordinaria. Pude dar vida a una nueva criatura sana y salva tras un turbulento embarazo lleno de pozos y piedras en el camino. (Léase: la excusa PERFECTA para justificar mi pusilanimidad).

Con mi reinita número 4 y mi madre de fierro,
una hora después del parto.
Volviendo al número cuatro. Más allá de la belleza de la simetría, del cuadrado como figura perfecta que es, llena de equilibrio, de los pares que se juntan, etcétera, con cuatro hijos no se puede dejar de ver una cosa: LA REALIDAD.

Si mirara fríamente a mi alrededor, podría establecer un pintoresco paralelismo entre mis pertenencias y mi físico. Mi teléfono está tan roto después de tanta caída, que no solo tiene toda la pantalla rajada sino que, para peor, también tiene destrozado el lente de la cámara. Mi computadora ya no cierra, está aboyada a lo largo de un costado entero. Si mi perro cuenta como pertenencia, el pobre está quedando pelado de la alergia. Tengo uno de los nenes (y dale con las comparaciones infelices de seres vivos con "pertenencias") con descompostura y otro con gripe, por lo cual estoy preparada para lo inevitable: en más o menos una semana, los tendré a todos con fiebre y diarrea. Bling bling. Qué top.

¿Qué fue lo que les dije en el título? Segundas partes (de la dieta en este caso) nunca fueron buenas. Al menos, ¡¡¡no para mí!!! Wish me luck...