lunes, 21 de julio de 2014

SEMANA 14

Aaahhhh, la feliz vuelta a la normalidad. Todo se corrigió por arte de magia, hasta la placenta que otrora estaba en posición de "oclusión total" se movió en dos semanas y ya no obstruye el canal de parto. Vida normal.

Tan normal, que no me extrañó ver a mi querido perro (de 20 centímetros de altura) trepado a la mesa, devorándose mi cena, de MI PLATO, a toda gana. Pero qué asco. Me mandé uno de esos gritos estilo cavernícola, de esos que paralizan la respiración de cuanto ser vivo se encuentre en la casa, y el desgraciado bajó de allí, rabo entre las patas, desapareciendo sigilosa y discretamente en el anonimato de la cocina. Ni me molesté en perseguirlo para retarlo pues con el gritito el pobre se debe haber llevado el susto del milenio.

Poco a poco, las náuseas se van disipando y distanciando entre sí, con lo cual hasta estoy volviendo a considerar la posibilidad de usar perfume. Lo cual me lleva a pensar que, a lo mejor, no sea nena la beba después de todo, ya que tan "poco" tiempo vomitando y sintiéndome miserable las 24 horas del día puede significar, en mi caso, embarazo de varón en puerta. Con la nena el calvario se prolongó hasta bien entrado el mes 5. Eso sí, con los varones yo estaba fantástica, más linda y radiante que nunca... Cosa que notoria y definitivamente NO pasa esta vez... Acné, manchas en la piel, ojeras. Como no tolero ni el olor a las cremas y productos de limpieza que tengo, hay poco y nada que hacer al respecto, salvo llamar -de vez en cuando- a mi querida amiga y cosmetóloga Alicia Fariña para que me haga una limpieza profunda de cutis. Alicia es (como muchos saben ya) mi maquilladora "oficial", la que me maquilló para el MAYBELLINE MODEL 2014, para mi casamiento, para las sesiones de fotos más importantes de mi carrera a nivel local y para un sinnúmero de eventos sociales. 

Poco a poco, también, vuelve a interesarme la vida en el planeta más allá de mi inodoro (por las náuseas), mi pinza de pelo (por las náuseas), mi cama (por las náuseas) y mi sagrado frasco de Primperán Gel (por las náuseas). Me di cuenta, por ejemplo, de que mi marido (para mi gran disgusto) se viene dejando crecer la barba hace tiempo. Pero qué horror. Me di cuenta también, de que ya hay negocios con las vidrieras de verano. Qué disparate. 

Pero como estoy tan contenta de volver al ruedo (no más dependencia para desplazarme, ya que puedo manejar, por ejemplo) poco y nada me importa la barba en flor de mi adolescente esposo, el perro lamiendo mi alimento especial para embarazadas o la ridiculez de los comercios anunciando con orgullo que se viene la colección SPRING SUMMER 2015 en pleno julio.

Viva la vida, que mientras haya salud está todo bien!

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