SEMANA 12
Pues sí, las vueltas de la vida (ahora "lo" llamamos vueltas) lo quisieron y tengo la suerte de estar esperando a mi 4to bebé.
4. CUATRO. Es una grosería, a ver, aunque convengamos que fui yo la que siempre soñó con 4. Era como una utopía Ingalls, el número par perfecto que todo lo cerraría. 4 hijos, 2 padres, todos felices.
Pues eso fue hasta que la vida me cacheteó al galope cuando, por primera vez durante esta gesta, terminé abrazada al inodoro por quinta vez ese viernes a las 3 de la madrugada. Es de no creerse. Las náuseas me EMPIEZAN a las 7, 8 de la tarde, si seré infeliz. Esto equivale a irme a dormir con ganas de vomitar, despertarme 4 o 5 veces POR las ganas de vomitar, VOMITAR en efecto, intentar dormirme, no poder por las náuseas y que, justo cuando me duermo, pase ALGO, algún imponderable del estilo:
MI ESPOSO: "¿Pusiste el despertador a las 7?"
YO: "SSSSSHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH"
MI ESPOSO: "Dale, mi amor, es un sí o no, ¿lo programaste?"
Pero qué ganas de matarlo.
Una vez que esto ocurre y me VUELVO a despertar para contestarle que el despertador sigue programado al igual que durante la última década, la cosa se agrava ...porque a la situación se le suma una importante dosis de mal humor.
Cabe destacar que todo lo narrado anteriormente ocurre entre las 20 y las 0 horas, pues, estando en el primer trimestre -cómo no- encima padezco de un cansancio aletargante grado 5. (A mi marido le causa gracia cuando yo me refiero a un médico y pongo -según dice- voz solemne al referirme a él o ella, diciendo "es un GRAAAADO CIIIINCO, sabe piiiila").
La cuestión es que, en mi mente quijotesca la idea del o de la 4ta venía inmaculada y libre de manchas propias de la vida carnal. (Refiérome al vómito). Pero la realidad me refrescó BIEN la memoria. Si pudiera expresarlo en 2 palabras a modo de resumen, podría bien enunciarse que hasta la data, mi situación durante las pasadas 12 semanas ha sido:
CERO GLAMOUR.
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