No hay nada más inútil que esos silloncitos para bebés o niños chicos.
¿Acaso piensan que los chiquitos se cansan como nosotros después de un largo día y se quieren sentar en el mini silloncito a tomar un whisky? Los niños no calientan asiento en ningún lado, es de por sí un calvario para grandes y pequeños el tener que confinarlos en sus sillitas reglamentarias cuando hay que viajar en auto.
Es decir: cuanto MENOS tiempo se sientan, MÁS felices son. Es una proporcionalidad inversa.
No contenta con esta profunda reflexión he de acotar, además, que los silloncitos para niños me revuelven el estómago. Me dan asco. No se bien por qué. Yo diría que casi los odio tanto como a los enanos de jardín (me remito a la lectura de UNA DIETA A REGAÑADIENTES).
Espero que me manden fotos de silloncitos de niño al facebook:
www.facebook.com/katjathomsenfanpage
por puro masoquismo, así hago un ranking de los sillones de niño más feos. Un TOP TEN dedicado al mal gusto combinado con las ganas de vender de algún desesperado carpintero.
Aunque desde ya les voy adelantando que de SEGURO odiaré preeminentemente a los de cuerina o "eco cuero" (expresión más vomitiva no oí en mi vida).
El primer premio al silloncito de niño más desagradable se lleva una copia de mi libro autografiada ni bien salga.
It's on!
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